lunes, 17 de agosto de 2009

Socialismo y Reformismo para la Unión Latinoamericana

Ricardo Romero*
Politólogo Socialista
“...Orientar las naciones de la América Latina hacia una
Confederación que garantice su independencia y libertad contra
el imperialismo de los estados capitalistas extranjeros...”
Acta Fundación Unión Latino Americana. 21/3/1925.
Alfredo Palacios sería su presidente
En tiempos de globalización, donde los capitales imponen una regionalización mercantil, en la que prevalecen los capitales, la apuesta por una Confederación que garantice: independencia, libertad e igualdad a las y los ciudadanos de América Latina; cobra vigencia como propuesta alternativa.
Una integración americana en base a los derechos sociales y ciudadanos formarían parte del proyecto que marcó el largo derrotero por el que transitó Alfredo Palacios a lo largo de su vida.
Un hombre que dejó una experiencia de lucha política y un caudal intelectual a favor de las y los trabajadores y desposeídos a América.
Desde su juventud se abocó a este arduo trabajo en su banca de diputado y, posteriormente, en su cátedra universitaria. Al ser electo diputado nacional, con sus 25 años, aportaría a la historia latinoamericana una fervorosa lucha por una sociedad más justa e igualitaria, que ponga a a la humanidad como base social para la construcción de un proyecto político.
De esta manera, el socialismo y el reformismo serían los estandartes que lo inspirarían a sumarse a las grandes luchas del pueblo latinoamericano hasta su muerte en 1965.
Su accionar y pensamiento político, sin duda, deben formar parte del acervo ideológico y programático de una propuesta de integración latinoamericana.
Por eso, nos proponemos comprender sus ideales a través de su acción política e indagar en sus escritos, los mensajes de hermandad para la región.
Sobre su accionar político
Un 13 de marzo de 1904, el continente americano por primera vez tendría en un parlamento a un representante socialista.
La urbanización y concentración obrera en los barrios de La Boca y Barracas generaría el espacio de trabajo para un joven abogado que se abocaría a defender el derecho de los trabajadores.
Rezaba en la puerta de su despacho: “Abogado, se atiende gratis a los pobres”. Esta relación lo convertiría en el candidato a diputado por el Partido Socialista.
Ese domingo, a lo largo los barrios portuarios, centenares de hombres llegaban en carros, carretas y lanchas con sus banderas rojas y carteles que decían “Alfredo Palacios Diputado”.
Así, los 840 obreros que votaron a Palacios, se animaron soportar el amedrentamiento de los sectores conservadores, que continuaban un sistema electoral corrupto y fraudulento.
A viva voz, votaban por su candidato, para que los represente en la Cámara de Diputados. Logrando que por primera vez un socialista ocupe una banca en el parlamento argentino.
No es casual que Alfredo Palacios se vuelque a la política en defensa de las y los desprotegidos. Nacido en un hogar humilde de la Ciudad de Buenos Aires, el 10 de Agosto de 1978, siendo hijo de un padre, Don Aurelio Palacios, con una destacada participación política.
Sin embargo, Palacios vivió una infancia muy dura con su madre, Doña Ana Ramón Beltrán, y hermanos. Tras la muerte de su padre, se mudarían a una casa en Charcas a 4741, en la cual Alfredo Palacios viviría hasta su muerte y donde hoy reside la Fundación que lleva su nombre.
Su pobreza no le impidió estudiar con vehemencia y llegar a cursar en el Colegio Nacional de Buenos Aires, graduándose luego como abogado, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires en 1900.
En esa oportunidad, presentaría su tesis “La Miseria”, que fue rechazada por los profesores conservadores de esa casa de estudios. En ese escrito estarían las bases ideológicas de su labor parlamentaria.
Su preocupación, como joven abogado, por la mejora de las condiciones de los trabajadores, lo acercarían a los movimientos sociales de su época, especialmente a los círculos socialistas.
Transcurrido un tiempo, se afiliaría al Partido Socialista en 1901. Siendo electo al año siguiente representante en la Legislatura de Buenos Aires.
Comprometido con la ilustración de su época, y al igual que grandes hombres de la República, ingresó en la masonería en 1901, iniciándose en la Logia Libertad Nº 48. Posteriormente fundó y organizó la Logia Justicia Nº 171, de la que fue su Venerable Maestro.
Tiempo después debió alejarse de la masonería por su actividad caballeresca de batirse a duelo, lo que, por su grado, le estaba prohibido en los reglamentos masónicos.
Durante el año 1904, intentando frenar el avance del radicalismo y el socialismo, la oligarquía establecería el sistema uninominal, que si bien permitió que el Doctor Alfredo Lorenzo Palacios resultase electo, limitó la representación socialista a un diputado, cuando proporcionalmente le correspondían más.
Tras ser electo diputado nacional, su labor en el Congreso estuvo destacada por sus proyectos destinados a obtener mejoras sociales para el pueblo. En especial para mujeres, ancianos y niños (ancianas y niñas, sería también con lenguaje de género).

Promovió la sanción de las primeras leyes de protección laboral dictadas en el país, como: la ley de descanso dominical y la reglamentación del trabajo de mujeres y niños.
Se pronunció contra la Ley de Residencia, creó el Departamento Nacional del Trabajo en 1907 y modificó el reglamento de prostíbulos de Buenos Aires.
El fraude sistemático lo dejaría fuera del parlamento en 1908 regresando al recinto en 1912 con la Ley Saenz Peña, en la que es electo nuevamente diputado junto a Juan B. Justo. En 1913, se dictaría la Ley Palacios contra la explotación sexual.
Al año siguiente, el socialismo ganaría la Capital Federal, incorporándose diputados como Mario Bravo y Nicolás Repetto. A su vez, Enrique del Valle Uberlucea resultaría electo primer Senador Socialista de América Latina.
Alfredo Palacios representaba una figura importante para el Partido Socialista, sin embargo, el 12 de julio de 1915, presentaría su renuncia a la banca.
Su distanciamiento con el partido comenzaría con una diferencia política que enfrentaba su americanismo contra el internacionalismo sostenido por Juan B. Justo.
El accionar caballeresco de Palacios sería la excusa para su expulsión del Partido Socialista. Tras un memorable discurso en la Cámara, Alfredo Palacios renunció a su banca.
Luego de su alejamiento, en 1915 fundaría el Partido Socialista Argentino con el que buscó ocupar una banca en el parlamento, resultando infructuoso su objetivo.
De esta manera, Palacios se concentraría en sus cátedras universitarias hasta 1930. Convirtiéndose en un importante valuarte de la Reforma Universitaria.

Ya en 1910, había ingresado a las aulas universitarias como profesor suplente de Filosofía del Derecho. En 1915, es nombrado Profesor de Legislación Industrial en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, agregando los claustros universitario como una trinchera más a su lucha política.
Ocupó un rol privilegiado en el movimiento reformista. Comprometiéndose a la defensa de la educación gratuita, participativa, de excelencia académica y pluralidad ideológica.
Recorrió América Latina difundiendo los principios reformistas. Trabajó arduamente en la coordinación de la acción de distintas organizaciones antiimperialistas a lo largo del continente.
Articuló la Unión Latino Americana en la que participaron importantes intelectuales de su tiempo, como: José Ingenieros, Aníbal Ponce, Carlos Sánchez Viamonte, Julio V. González, Adolfo Korn Villafañe, entre otros. La U. L. A. tuvo un importante papel en la opinión publica latinoamericana.
En 1919, creó la cátedra de Legislación del Trabajo, convirtiéndose en el gran promotor del Derecho del Trabajo en nuestro país, cuyo pensamiento se sintetiza en su libro “Nuevo Derecho” publicado en 1920.
Alcanzó el decanato de la Facultad de Derecho ejerciéndolo hasta 1930, donde se alejó luego del golpe cívico-militar del Gral. José F. Uriburu, firmando previamente una resolución desconociendo al gobierno militar. Por lo cual terminaría detenido por el poder de facto instalado en Argentina.
Estos hechos marcarían su reingreso al Partido Socialista, del cual resultaría electo Senador de la República por la Capital Federal.
En 1934 publicó su primer libro argentino sobre las islas Malvinas: “Las Islas Malvinas. Archipiélagos Argentinos”, así, en 1937, por esta iniciativa se decretó la prohibición de imprimir mapas en los que no figurasen las Islas Malvinas como pertenecientes al territorio argentino.

Posteriormente se desempeñaría como Profesor y Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de La Plata de la cuál ocuparía la presidencia desde 1941 hasta su destitución en 1944.
Desde su posición antifascista combatió al GOU, lo que lo dejaría enfrentado al Gral Perón durante sus presidencias.
Luego de su exilio regresó se desempeño como docente y refundo la “Asociación de Mayo”. Tras la caída de Perón, es designado embajador en Uruguay, país donde residió durante su exilio.
Fue electo Convencional Constituyente en 1957 y Profesor Emérito de la Universidad de Buenos Aires. Durante los años `60 se convertiría en uno de los principales referentes del Partido Socialista.
Inspirando a las juventudes socialistas latinoamericanas, incluso adhiriendo a los nuevos hechos políticos de la región, como la Revolución Cubana.
En 1960 fue electo Senador Nacional y tras la disolución del parlamento en 1962, sería electo Diputado Nacional al año siguiente.
En 1964 comenzó el deterioro de su salud, aunque no impidió que su labor parlamentaria siga su curso, presentó diversos proyectos, de los cuales salió aprobado la creación del Instituto de Investigaciones Pediátricas.
Su trabajo legislativo es reconocido por todo el pueblo argentino, sus ideales representan valores que siguen defendiendo nuevas generaciones y muchos intelectuales aún visitan su Biblioteca, legado material que dejó para la humanidad.
En el año 1999, recibió el premio Parlamentario al Legislador del siglo. En el año 2004, al cumplirse 100 años de su elección como diputado, la Cámara de Senadores bautizó su sede con el nombre de Alfredo Palacios.

El 20 de abril de 1965, en Buenos Aires, Alfredo Palacios muere a las 87 años de edad.
Sobre su pensamiento
En su pensamiento, la defensa de los derechos sociales del Socialismo y el americanismo del Reformismo se convertirían en los pilares de su propuesta política para América Latina.
Desde su tesis rechazada, “La Miseria”, Palacios describe la situación por la que atraviesan los trabajadores en la explotación capitalista. “…Nuestro proletariado tiene hambre…” sentenciaba en su escrito.
Tema que investigó sistematizadamente en la Universidad. En su texto “La Fatiga” observa los efectos del proceso productivo sobre los trabajadores y reinvindica la legislación española sobre jornada laboral como antecedente pionero de los derechos laborales.
Análisis que prosigue en su obra “Nuevo Derecho”, donde proponer claramente reconstruir una legislación que atienda a las desigualdades de los trabajadores. Expone las primeras conquistas de los sectores pobres en el Río de la Plata y los incipientes pasos programáticos del movimiento obrero americano.
En “Masas y Elites en Iberoamérica” centra su atención en el proceso de emancipación de las Provincias del Río de la Plata, analizando la relación que juegan las masas y las élites en el proceso.
Destacando la importancia de los jóvenes de la Revolución, en especial Mariano Moreno, en la creación de una conciencia social. Le atribuye haber convertido a la Revolución en un organismo libre, en que “nadie, sino la opinión pública pueda gobernar, para que los que reciban su mandato no gobiernen mal”.
Otro prócer que Palacios rescata del proceso de emancipación es a José Gervasio de Artigas que, siguiendo los aires jacobinos de Moreno, “toma el timón de la nave y proclama el concepto democrático sobre la base de la personalidad humana y de la teoría de la soberanía popular”.
Esa Gran Reunión Americana a la que aspirarían Bolívar, Miranda, O´Higgins, San Martín, Belgrano, entre otros, se vería crispada con el acontecer de la historia. Llegando incluso a enfrentamientos armados entre naciones hermanas. Frente a éstas contiendas, siempre alentó la negociación y la paz.
Como Diputado propuso la condonación de la deuda asignada al Paraguay luego de Guerra de la Triple Alianza. Y siendo presidente de la Unión Latino Americana impulsó la paz entre Bolivia y Paraguay en 1932.
La Unión Latino Americana era una asociación de intelectuales latinoamericanos que se proponía alentar a una Confederación Americana. Tendría una importante influencia en América Latina, llegando a gestionar la liberación de un dirigente puertorriqueño ante el mismísimo Roseevelt.
Así como atribuye a la juventud rol destacado en nuestra emancipación hasta los lineamientos para una integración iberoamericana. Entiende que en la actualidad éstos objetivos pueden desarrollarse con la perseverancia de la juventud universitaria.
Por eso, constantemente alentaba al movimiento estudiantil a luchar contra las tiranías, colocando al republicanismo de nuestra independencia como una fuente de inspiración para el americanismo de la Reforma Universitaria y la unidad del pueblo.
Así se refleja en un discurso “Fascismo e Imperialismo en Argentina”, dirigido al Centro de Estudiantes de Derecho en 1923, donde descarga su oratoria contra los autoritarismos.
Para Palacios, la función social de la Reforma Universitaria es socializar la cultura y vincular a los pueblos. Por eso, la integración americana debía fundarse en la búsqueda de la emancipación y la construcción de una democracia. Así lo expresaría en su “Mensaje a la juventud iberoamericana” del 25 de noviembre de 1924.
Palacios siempre fue una referencia para los estudiantes universitarios, quien sería declarado en el Primer Congreso Ibero Americano de Estudiantes como “Maestro de la Juventud”. En dicho acto pronunció un memorable discurso que donde expone “La misión de la Juventud Americana”.
En este horizonte, la Universidad juega un rol fundamental en la articulación intelectual de América Latina. Así lo expresa en sus artículos publicados en su libro: “Espíritu y Técnica en la Universidad”, donde expone las bases y misión de la Universidad para la libertad Americana.
En otro mensaje a la Juventud de Iberoamérica, reafirma las bases del proyecto de integración. Inspirándose en la Confederación propuesta por los libertadores de América y la articulación de la educación sostenida por Miguel de Unamuno.
En su viaje a Cuba, Alfredo Palacios recorrió diferentes rincones de la isla, examinó los archivos, entrevistó a diferentes referentes sociales e investigó los alcances de lo que denominó “Una auténtica Revolución”.
En sus reflexiones, colocaría a José Martí como referente intelectual y moral de esa revolución y su relación con la Reforma Agraria. Sosteniendo que el acceso a la tierra es un elemento fundamental para eliminar la miseria en el continente.
Estas citas, y las páginas seleccionadas, intentan reflejar un caudal de pensamiento que sigue alentando un sueño: el de una América Latina con igualdad y justicia social.
Esperamos alentar a retomar las bases de su pensamiento para construir esa utopía de una América hermana, libre y soberana.
Buenos Aires, octubre, 2009

Antología Especial de Alfredo Palacios

Textos Seleccionados:

· Palacios, Alfredo, La Miseria.
· Palacios, Alfredo, La fatiga.
· Palacios, Alfredo, Nuevo Derecho.
· Palacios, Alfredo, Masas y élites en Iberoamérica .
· Palacios, Alfredo, Espíritu y Técnica de la Universidad.
· Palacios, Alfredo, Una revolución auténtica.
· Palacios, Alfredo y otros, La Fundación de la Unión Latino Americana. 21/3/1925.
· Palacios, Alfredo, Fascismo e imperialismo en Argentina. 31/07/1923.
· Palacios, Alfredo, Mensaje a la Juventud Iberomericana. 25/11/1924.
· Palacios, Alfredo, La Misión de la Juventud Americana. 25/01/1925.
· Palacios, Alfredo, La Comunidad Iberoamericana. Bolivar y Alberdi. en Nuestra América y el imperialismo, Gregorio Selser (comp.), Edit. Palestra Bs. As. 1961.
· Palacios, Alfredo, Discursos Parlamentarios, F. Sempere y Compañía Editores, Valencia, España, 1983.
Bibliografía sobre su biografía
· García Costa, Víctor, Alfredo Palacios, entre el clavel y la espada. Una biografía. Planeta, Buenos Aires, 1997.
· Círculo de Legisladores de la Nación, Alfredo Palacios, Legislador social e idealista militante. Prólogo de Mario Salome. Colección Vidas, Ideas y Obras de los Legisladores Argentinos, Buenos Aires, 1998.
· Juárez Benito, “Palacios: socialista, humanista y masón”, Revista Símbolo, Nº 57, 1995.
· Luna Felix, Alfredo Palacios, Planeta, Buenos Aires, 2000.
· PS, Alfredo L. Palacios. Primer legislador socialista de América. PS. 2004.
· Selser, Gregorio, Nuestra América y el Imperialismo, Editorial Palestra, Buenos Aires, 1961.
* Politólogo. Orientado en Estado, Administración y Políticas Públicas. UBA. Diploma Superior en Economía Brasileña. UNSAM. Maestría en Historia Económica y de las Políticas Económicas. IIHES-FCE-UBA. Doctorando en Ciencia Política. UNSAM. Profesor Titular Colegio Nacional de Buenos Aires.